con la tanguita de lado y la vagina escurriendo la novia cachonda le pide que se la meta ya

En la intimidad de su habitación, una novia de cabello largo y ojos brillantes se recuesta en la cama, su tanguita negra de encaje ligeramente corrida, revelando su carne húmeda y tentadora. Con una sonrisa pícara, separa las piernas, invitando a su amante con un gesto urgente. «Ya, amor», susurra, su voz llena de deseo, «no aguanto más». Él, con una erección dura y lista, se posiciona entre sus piernas, sus ojos fijos en su entrada escurriendo. Con un gruñido, se hunde en ella, sus movimientos rápidos y profundos, respondiendo a su súplica. Ella jadea, sus manos agarrando sus nalgas, guiándolo más adentro. «Más, más», gime, sus caderas moviéndose al ritmo de sus embestidas. Él, sintiendo su urgencia, acelera, su cuerpo tenso por el esfuerzo. Con un grito final, se libera dentro de ella, su leche caliente llenando su interior. La novia, con un suspiro de satisfacción, siente la calidez extendiéndose, marcando su piel con el éxtasis de su unión, su cuerpo sacudido por oleadas de placer.