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La perra caliente y curiosa se topó con un man aburrido en la barra y le dio un par de tragos pa’ soltar la lengua y las piernas. La chama alborotada se dejó llevar por la excitación y aceptó ir con el wey desconocido a su guarida. Sin pensarlo dos veces, el tipo agarró a la flaca por la cintura y la embistió con furia contra la pared, arrancándole chillidos de placer. La nenita viciosa gimió descontrolada mientras el tipo le metía y sacaba sin piedad, hasta que finalmente le soltó toda la leche en las tetas, dejándola bañada en su propia lujuria.
