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La morra está bien prendida jugando su Nintendo, y yo, con una calentura que no aguanto, le arrimo el camote a mi prima mexicana. La lindura está tan concentrada en el juego que ni se da cuenta cuando le empiezo a meter la verga por el culo. La muy zorrita se retuerce de placer, pidiendo más y más. No hay nada como darle duro por el chiquito mientras sigue jugando como si nada. La neta, es un placer único sentir como se aprieta y se estremece con cada embestida. ¡Vaya que sabe cómo moverse la condenada! Esta es solo la primera parte, prepárate para lo que sigue. ¡Qué buena está la jodida prima!
