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La pendeja calienta al chabón con esos ojazos de zorra y le susurra al oído «te dije que la metieras despacito». El patovica, bien prendido, le responde con una sonrisa de garca y la agarra como si fuera una perra en celo. La nenita, con la concha chorreando, se retuerce de placer mientras el chabón le da murra sin compasión. Se escuchan los gemidos y gritos de la pendeja que le pide más y más, sin importarle un carajo si los vecinos los escuchan. Entre arrimones y besos babosos, la escena se pone al palo y el pibe la empala con todo. La perra se convulsiona del goce, pidiendo más y más hasta que el chabón la deja hecha una puta satisfecha.
la jovencita le dice al novio…te dije que la metieras despacito..












