0 likes
La morrita en babydoll está que se parte. Con esa ropita provocadora, se ve más rica que el pan recién horneado. La muy zorrita se contonea, enseñando sus curvas como si no hubiera un mañana. Se le ve ese culito respingón que pide a gritos ser agarrado con fuerza. Y sus tetitas, duritas como piedras, están listas para ser chupadas sin compasión. La nena se pone en cuatro patas, mostrando ese coñito mojadito y listo para recibir lo que sea. No se aguanta más y comienza a tocarse con ganas, gimiendo como una gatita en celo. Esta chiquita es toda una tentación, ¡y cómo me gustaría ser el afortunado que la haga gemir de placer!












