En la intimidad de una habitación, una morrita colegiala se encuentra frente a su novio, sus ojos llenos de una mezcla de nerviosismo y anticipación. «Es mi primera vez, házlo despacio,» susurra, su voz temblando ligeramente. Él, con una sonrisa tierna y comprensiva, se acerca, sus movimientos lentos y cuidadosos. La cámara, en una esquina, capta cada detalle, desde la forma en que sus manos se entrelazan hasta la expresión de deseo en sus rostros. Con movimientos suaves, él la guía hacia la cama, despojándola lentamente de su ropa, revelando su piel suave y tentadora. La morrita, con respiraciones aceleradas, se recuesta, sus piernas abiertas, invitándolo a explorar. Él, con una paciencia infinita, comienza a acariciar su cuerpo, sus labios encontrando los suyos en un beso profundo y lleno de promesas. La cámara inmortaliza cada instante, desde la forma en que sus cuerpos se entrelazan hasta los gemidos de placer que llenan el aire, mientras él, con movimientos lentos y deliberados, la introduce al mundo del deseo y la pasión, haciendo de su primera vez un momento inolvidable y lleno de ternura.
es mi primera vez, haslo despacio…le dice la morrita colegiala al novio
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