Eres mi puta y quiero que te metas este dildo…le dice a una prostituta que contrato

Ella se arrodilló frente a él, su respiración ya acelerada, anticipando sus órdenes. Él, con una mirada dominante, le entregó el dildo, su voz firme y sin vacilación. «Eres mi puta y quiero que te metas este dildo,» le dijo, su tono dejando claro que no había lugar para la negación. Ella, obediente y dispuesta, tomó el juguete en sus manos, sintiendo su peso y su tamaño. Con movimientos lentos y deliberados, se quitó la ropa, revelando su cuerpo desnudo y dispuesto. Se recostó en la cama, sus piernas abiertas en una invitación clara. Con una mano, separó sus pliegues, ya húmedos de anticipación. Lentamente, introdujo el dildo, sintiendo cada centímetro mientras lo empujaba más profundo. Sus gemidos llenaron la habitación, una mezcla de placer y sumisión. Él observaba, su deseo creciendo con cada movimiento, saboreando el control y la entrega total de su prostituta.