desvirgando a una jovencita colegiala en su casa

un joven se preparaba para un momento que sabía que cambiaría la vida de ambos. Con una mezcla de nerviosismo y excitación, se acercó a su novia, una jovencita colegiala que lo miraba con una mezcla de inocencia y deseo. ‘Estoy lista,’ susurró ella, su voz temblando ligeramente. Él, con una ternura infinita, la guió hacia la cama, sus movimientos lentos y cuidadosos. Lentamente, la desnudó, revelando un cuerpo tentador y dispuesto. Con besos suaves y caricias, la preparó, asegurándose de que cada sensación fuera placentera. ‘Te amo,’ murmuró, su voz cargada de emoción. Con una lentitud tortuosa, se posicionó entre sus piernas, su miembro listo para la entrada. Con un movimiento suave y decidido, la penetró, sintiendo cómo su cuerpo se ajustaba al suyo. Ella gimió, una mezcla de dolor y placer, sus ojos fijos en los suyos. ‘Estoy bien,’ susurró, animándolo a continuar. Él, atento a cada reacción, comenzó a moverse, sus embestidas lentas y profundas. La habitación se llenó de sus jadeos y gemidos, una sinfonía de descubrimiento y pasión. Con cada movimiento, su conexión se fortalecía, llevándolos a un clímax que dejó ambos temblando de satisfacción, marcando el inicio de una nueva etapa en su relación, llena de amor y deseo