colegiala mexicana la ponen de perrito y le duele

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En una habitación apenas iluminada, una colegiala mexicana se encuentra de rodillas, en una posición sumisa y vulnerable. Su uniforme escolar, aún puesto, contrasta con la intensidad del momento. Él, con una mezcla de deseo y urgencia, se posiciona detrás de ella, sus manos firmes en sus caderas. Con un movimiento brusco, la penetra, haciendo que ella suelte un gemido de dolor. Cada embestida es una mezcla de placer y agonía, donde sus lágrimas se mezclan con el sudor en su rostro. Ella, tratando de contenerse, se muerde el labio, pero el dolor es insoportable. Él, perdido en su propio deseo, continúa, ignorando sus signos de incomodidad. La habitación se llena de sus respiraciones entrecortadas y del sonido de sus cuerpos encontrándose, en un baile de lujuria donde el dolor se convierte en un compañero constante.

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