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Un tremendo desmadre se armó con este par de amigas bien pedas que decidieron echarse un palito con uno de sus camaradas. Las chamacas estaban bien prendidas, con las hormonas a mil por hora, y no perdieron la oportunidad de sacarle brillo al mástil de su compa. Se pusieron bien calientes, con las chichis al aire y las nalgas al aire, dispuestas a hacerle un favorcito a su carnal en apuros. Se armaron unos besos apasionados, unas mamadas de antología y unas montadas de infarto que dejaron a más de uno sin aliento. La acción fue pura candela, con gemidos y gritos que retumbaban por toda la habitación. ¡Vaya trio más salvaje! Una noche de perreo intenso que seguro no olvidarán fácilmente. ¡Qué viva la amistad y la buena cogida, compadres!
