0 likes
La morrita, toda cachonda, le saca su juguete nuevo al novio y le dice: «Mira, pendejo, esto es lo que voy a usar cuando no estés». Se acuesta en la cama, abre las piernas y empieza a meterse ese vibrador en la cuca, moviéndolo lentamente mientras se la refriega. El novio se la queda viendo, con la verga parada, mientras ella gime y se la sigue metiendo más hondo. «¿Ves qué rico, cabrón? ¿Te gusta cómo me lo pongo?», le susurra, mientras el juguete la tiene toda mojada y temblando. Sigue así, hasta que se viene toda, dejando el vibrador blanco de su leche y con una sonrisa de perra, diciéndole: «Ahora tú, pendejo, ¡métela!».
