La jovencita, con su piel suave y sus ojos brillantes de deseo, se movía con una sensualidad innata, sus gemidos llenando la habitación. «Acáricame el clitoris, amor,» susurró, su voz ronca de excitación, mientras él la penetraba profundamente. Con una sonrisa pícara, guió su mano hacia su punto más sensible, sus dedos explorando su humedad. «Así, así,» suspiró, sus ojos cerrados de placer, su cuerpo temblando con cada caricia. Él, obedeciendo su deseo, comenzó a acariciar su clitoris con movimientos precisos y controlados, intensificando cada sensación. «Más, no pares,» suplicó, su voz apenas un susurro, su cuerpo moviéndose al ritmo de sus embestidas y caricias. La habitación se llenaba de sus gemidos y jadeos, creando una sinfonía de lujuria. Cada movimiento, cada caricia, los acercaba más al éxtasis, su conexión palpable y profunda. La jovencita, con su cuerpo arqueado, se entregaba completamente, cada sensación nueva y emocionante, mientras él la llevaba al borde del clímax con cada toque.
la jovencita le dice al novio que le acaricie el clitoris mientras que la esta cogiendo
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