En una tarde soleada, un hombre se encontraba en la cocina de su casa con una morrita flaquita, ambos buscando un momento de intimidad entre tareas. Con una sonrisa pícara, él la acorraló contra el mostrador, sus manos explorando su cuerpo con una urgencia que la dejó sin aliento. ‘Te deseo,’ susurró, su voz cargada de deseo. Ella, con una mezcla de nerviosismo y excitación, se entregó a sus caricias. Con movimientos rápidos, él levantó su falda, revelando un tanga de encaje que apenas cubría su intimidad. Con una embestida decidida, la penetró, sus movimientos rítmicos y profundos. Ella gimió, sus uñas clavándose en su espalda. De repente, el sonido de pasos en el pasillo los puso en alerta. ‘Es mi madre,’ susurró la morrita, sus ojos abriéndose con pánico. Con rapidez, él se apartó, y ella se cubrió con una sábana, su corazón latiendo con fuerza. La puerta se abrió ligeramente, y una voz preguntó, ‘Todo bien, mi amor?’ ‘Sí, mamá, solo buscando algo,’ respondió ella, su voz temblando. La puerta se cerró, y ambos soltaron un suspiro de alivio, sus cuerpos aún temblando de excitación y miedo. ‘Continuemos donde lo dejamos,’ murmuró él, con una sonrisa pícara, y ella asintió, lista para más. Con movimientos rápidos y decididos, él la penetró de nuevo, sus cuerpos moviéndose en sincronía, buscando más placer, más intensidad. La cocina se llenó de sus suspiros y gemidos, una sinfonía de deseo y pasión
cogiendo a una morrita flaquita en la cocina de su casa y por poco los cachan xD
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