es que me da pena enseñar la cara..le dice la morrita en videollamada al novio

La morrita se paró frente a la cámara en una videollamada, su cuerpo curvilíneo y tentador. «Es que me da pena enseñar la cara,» susurró, su voz teñida de nerviosismo. Su novio, con una sonrisa pícara, la animó, «No te preocupes, mi amor, solo quiero verte a ti.» Con una confianza recién descubierta, ella comenzó a desvestirse lentamente, revelando centímetro a centímetro su piel suave y bronceada. La cámara capturó cada detalle, desde el brillo de sus ojos hasta el rubor de sus mejillas. Con movimientos sensuales, se acarició, sus gemidos llenando la habitación. «Así, así,» lo instó, moviendo sus caderas en un baile seductor. Él, rendido al placer, se unió a ella, sus cuerpos moviéndose al unísono, hasta que alcanzaron juntos un éxtasis que los dejó sin aliento y completamente satisfechos, su conexión más fuerte que nunca.