La morrita colegiala, con su uniforme ceñido y coqueto, se arrodilla ante su chico, ansiosa por chuparle la verga como una golosa. «¡Apúrate por que casi llegan mis papás!» le susurra con voz cachonda, mientras devora con avidez su miembro palpitante. Con cada lamida y succión, la morra demuestra su destreza y pasión por el sexo oral prohibido. La adrenalina fluye por sus venas, excitándola aún más al pensar en el riesgo de ser atrapados en plena acción. El chico, con la respiración agitada y los ojos entrecerrados de placer, no puede resistirse a los encantos de esta colegiala insaciable. Ambos se sumergen en un torbellino de lujuria desenfrenada, aprovechando cada segundo antes de que los padres de la morrita interrumpan su frenesí erótico.
apurate por que casi llegan mis papas…le dice la morrita colegiala












